¿Tiemblas porque tienes miedo? ¿O tienes miedo porque tiemblas?

Hola, soy una serpiente y estoy un poco harta de ser el ejemplo más frecuente de estímulo aversivo.

Hola, soy una serpiente y estoy un poco harta de ser el ejemplo más frecuente de estímulo aversivo.

Imagínate que te encuentras disfrutando de un agradable paseo por el campo. Te sientas para disfrutar del paisaje y caes en la cuenta de que has preparado un delicioso sandwich de cinco pisos. Felicidad extrema. Procedes a abrir la canastilla de picnic que llevabas contigo cuando de repente… ¡Sorpresa! La serpiente de la foto sale de dentro de tu canastilla siseando con su lengua larga y brillante.

Teniendo en cuenta que, probablemente, no seas Frank de la Jungla, pegar un bote y correr monte abajo son dos de las reacciones que más probabilidades tienen de ocurrir dentro del abanico de posibilidades. Estas dos junto a muchas otras como sudar, temblar, aumento del ritmo cardiaco y temperatura corporal etc. Miedo atroz es, probablemente, lo que referirías sentir en ese momento. Pero…

¿Qué va primero? ¿Temblar? ¿O tener miedo?

La respuesta parece obvia: Temblamos porque tenemos miedo. Sin embargo durante las últimas décadas y gracias a las investigaciones de personalidades como William James o Antonio Damasio hemos descubierto que esto no es del todo así.

Para entender esto hace falta tener en cuenta el siguiente apunte:

Las emociones y los sentimientos no son lo mismo.

Las emociones son las reacciones neurofisiológicas desencadenadas por un estímulo interno o externo. El sentimiento es la autopercepción de una determinada emoción, es la expresión subjetiva de las emociones. Ambas se procesan en lugares distintos del cerebro.

Las emociones se originan en el sistema límbico (Broca, 1878) que es un conjunto de estructuras que se encuentra en el cerebro y cuya función está relacionada con el aprendizaje, la atención, la memoria y las respuestas emocionales. Las emociones pues son respuestas químicas producidas por un estímulo (ver como la serpiente sale de tu canastilla) y nos preparan para la acción (correr monte abajo) para garantizar nuestra supervivencia.

  • Son inconscientes

  • Automáticas

  • Tienen una base biológica que compartimos con otros animales

  • No son controlables.

  • Temporales.

  • Innatas.

Los sentimientos, en cambio, se procesan en el neocortex, más concretamente en el lóbulo prefrontal donde se procesa el pensamiento consciente y racional. Un sentimiento pues es la interpretación de la experiencia emocional.

Emocion + pensamiento = sentimiento

  • En este caso la base no es biológica sino cognitiva.

  • Son subjetivos.

  • Por lo que pueden cambiar en cada persona e incluso depender de factores culturales.

  • Son controlables y podemos decidir sobre ellos.

  • Duraderos.

Una emoción se transforma en sentimiento a medida que uno toma consciencia de ella (Maturana, 1992). Los sentimientos derivan del pensamiento y el pensamiento precede al sentimiento. Es por eso que en terapia trabajamos enfocándonos en aceptar la función biológica de las emociones, en conocer y validar nuestros sentimientos y trabajar en nuestro pensamiento ya que este último influye directamente en cómo nos sentimos. Para conseguirlo se utilizan herramientas y técnicas como el mindfulness, la terapia de aceptación y compromiso, el EMDR, la reestructuración cognitiva, las técnicas de regulación y muchas otras más.

Paul Ekman, el psicólogo precursor de esta teoría, defiende que existen 6 emociones primarias:

  • Alegría

  • Tristeza

  • Asco

  • Ira

  • Miedo

  • Sorpresa

En conclusión y resumiendo lo explicado:

  1. Primero verás a nuestra amiga la serpiente (nervio óptico).

  2. Se desencadenará una reacción fisiológica y conductas automáticas como temblar (sistema límbico, emocion).

  3. Procesarás la información mediante el pensamiento (lóbulo prefrontal).

  4. Harás una interpretación de tu experiencia y sentirás el miedo, el pavor, el temor, la incertidumbre ¿Me habrá picado? ¿Se habrá comido mi sandwich? (sentimiento).

Así que sí, aunque parezca increíble, primero temblamos y luego sentimos el miedo. A parte de ser un hecho curioso y un gran avance para la ciencia, es importante tener estos conceptos en mente para comprender la base, la funcionalidad y la efectividad de las terapias psicológicas.

Si tienes alguna duda al respecto o sientes curiosidad, te invito a escribirme, dejar un comentario o a revisar los múltiples estudios y documentales al respecto. ¡Aquí te dejo un par que pueden resultarte interesantes!

BIBLIOGRAFÍA

  • 1992: Conversaciones con Humberto Maturana: preguntas del psicoterapeuta al biólogo (Kurt Ludewig Cornejo y Humberto Maturana)

  • James, W. (1884). What is an emotion?. Mind, 9, 188-205.

  • Gendron, M. & Barrett, E. (2009). Reconstructing the Past: A Century of Ideas About Emotion in Psychology [Electronic Version]. Emotion Review, 1(4), 316-339. 

  • Descartes' Error: Emoción, Razón, y el Cerebro Humano, Putnam Publicando, 1994

Mari Zafra psicóloga y psicoterapeuta en Barcelona.

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